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El Gran Engaño de la Nueva Era

Heridas, una fe mediocre, nula formación espiritual y una conciencia relajada; es todo lo que el enemigo necesita para dar muerte a las almas a través de la Nueva Era.



Por María Alejandra Ibarra


Es tan frecuente hoy en día escuchar los consejos entre “amigas” sobre la mejor forma de resolver sus problemas cuando enfrentan un divorcio, están deprimidas, todo lo malo les pasa, se sienten ansiosas o experimentan un constante vacío… lamentablemente, muchas veces, las respuestas más comunes como solución son: haz yoga, practica constelaciones familiares, reiki… pero es un engaño, lo único que éstas y otras prácticas de la Nueva Era darán a un alma serán alejarla de Dios que tiene todo para sanarlas.


Todo comienza por el desconocimiento de la Verdad, el engaño se disfraza de luz y las personas, en una urgente necesidad de ayuda espiritual, buscan y caen en lugares contaminados. Su dolor, su herida, se presta como caldo de cultivo perfecto para caer en una espiritualidad relajada que se acomoda a cualquier necesidad y llena ese vacío con un veneno, no para dar vida, sino más bien muerte.


La espiritualidad que ofrecen todas las alternativas de la Nueva Era resulta en primera instancia atractiva porque ofrece paz, autodominio, sanación; y todo sin compromiso, sin renuncia y sin cruz.


Se vive en el mundo una gran confusión, gran ignorancia, medias verdades que no son otra cosa, sino una mentira completa; por eso el reto para todos los católicos que pretendemos ser fieles a Dios, es mantenernos en la sana doctrina católica, identificar al enemigo y denunciarlo, para que otras personas no caigan en sus garras.


Debemos estar alertas, porque es el momento en el que se gesta el camino hacia la apostasía, hay un exceso de información, pero no se aplica el consecuente discernimiento; la gente se deja llevar, acepta y consume Nueva Era, sin darse cuenta del daño tan profundo que está causando en las almas.


¿Cómo afecta la nueva era en el camino espiritual?


La nueva era, mal llamada la Era de Acuario, está compuesta por información de varias ideologías y creencias orientales en su gran mayoría, combinando prácticas esotéricas, y terapias alternativas. Algunas de éstas son el reiki, constelaciones familiares, el eneagrama, el yoga, meditaciones, mindfulness, vidas pasadas, reencarnación, la hermandad ascendida, tarot, carta astral, imanes, el ojo turco, la ufología, la llamada divina voluntad, terapia de ángeles, etc., etc.


Muchos católicos que han caído en el engaño practican alguna de estas “terapias”, incluso recomendadas por sacerdotes, que a su vez no poseen la información necesaria para conducir a las almas, sin embargo la Nueva Era es totalmente contraria al catolicismo porque quien cae en ella pierde la gracia santificante y pierde también en la prueba de su fe y fidelidad a un solo Dios verdadero.


Desgraciadamente por falta de formación muchas almas están en riesgo de perderse al morir en pecado mortal por el uso de estas prácticas abominables para nuestro Señor. 


El engaño de la Nueva Era habla de una espiritualidad del Yo, ( ser como Dios, ¿te suena?) sin un ser superior como Creador y Todopoderoso, siendo ellos los creadores de un pensamiento relativista y vacío, sin un Dios verdadero, forman una secta basada en la naturaleza, en la tierra como madre, en el panteísmo, haciendo de todo un dios cocreado más no creador, el universalismo, el taoísmo, el budismo, el hinduismo, son presentadas como filosofías imitadas sin discernimiento, replicando el uso de estas medias verdades. Descartan los sacramentos, contaminan a los fieles bautizados y no bautizados, para que sean infieles y desobedientes a los principios y preceptos de nuestra Santa Madre Iglesia Católica. 


La práctica de cualquiera de las terapias de la Nueva Era dejan al alma expuesta a la acción del maligno, que logra confundir a los hijos de Dios, en lugar de estar en constante vigilancia y atenta al combate espiritual que debe librar para no caer en las garras del tentador.


Desgraciadamente se trata de prácticas mundiales y aceptadas muy fácilmente porque vienen acompañadas con el adjetivo de la “modernidad”, lo nuevo, lo actual, y es algo a lo que cualquier persona con una conciencia moral relajada puede adaptarse, sin entrar en conflicto del bien y el mal, así la Nueva Era cumple con el objetivo del enemigo: engañar, robar y matar.



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