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El Mayor Reto Ante la Misa Tradicional: La Humildad

Asistir a la Misa en latín es una gracia de Dios y si la pides, Dios no va a negar las gracias necesarias para que te acerques más a Él y salves tu alma. Testimonio de Verónica Flamenco. Segunda parte.


Misa Tradicional

Foto tomada de la FSSP

Por Claudia Ortiz


La vivencia de la Misa Tradicional representa un reto de humildad tanto para el que recién la conoce, como para el que ya asiste regularmente.


En la primera parte del testimonio de Verónica Flamenco, comunicadora católica, ella compartió el primer sentimiento que tuvo al participar en la Misa en Latín:

“Luego hay tanto que te sientas, te paras, te hincas; que cada vez que se pronuncia el nombre de nuestro Señor Jesucristo debes hacer un acto de adoración con la cabeza, ¡yo. estaba perdida!, pero trataba de seguir a la gente y no me permití que la frustración llegara a mi corazón.”


Esto mismo le puede pasar a cualquier persona que llega por primera vez a la Misa en Latín y de hecho hay gente a la que le pasa, compartió Verónica, “puedes salir decepcionado, decir ‘no entendí nada’, ‘parecía bobo’.”


Explicó que la Santa Misa es la oración por excelencia, por lo que Dios, por su gran misericordia, porque es un buen Padre, nos puede ayudar, preparar, simplemente es tener ese fíat de la Virgen María y dejarse guiar, decirle: “soy tu hija enséñame a orar”. Esto implica un acto de humildad. 


Vivir la Misa en latín requiere un acto de humildad


Ya sea que lleguen a la Santa Misa Tradicional porque tienen una inquietud, por casualidad, que sería en realidad un tema de la providencia divina, o por invitación, que lleguen hasta ahí y vivan una Misa en latín “es una gracia que Dios te da, un llamado a profundizar en la Tradición.”


“Que le pidan a Dios la gracia de la humildad” para que acepten en su corazón que pueden aprender algo nuevo, “para salir de su zona de confort porque tengo que aprender nuevas oraciones, tengo que aprender un poquito de latín, puede ser humillante porque me pierdo en la Misa, no sé qué hacer; entonces requiere humildad y hay que pedirle a Dios esa gracia, y Dios te la va a dar porque así dice la Palabra: pidan y se les dará, y Dios no niega las gracias que nos van a ayudar a salvar nuestra alma y a unirnos más a Él.”


Y las gracias que Dios les va a dar son la gracia de la humildad, esa apertura de aprender y de ser pacientes, no desesperarnos, porque eventualmente lo vamos a aprender y vamos a llegar a amar todo eso que en el principio nos parece extraño. “Que tengan paciencia y que perseveren.”, exhortó.


Y los que ya están en la Misa Tradicional, que también sean humildes


Si bien considera que las personas rechazan o desprecian la Misa Tradicional por desconocimiento, Verónica señaló que el testimonio de los que ya la viven, puede también ahuyentar a los que llegan ahí por primera vez.


“A veces las personas que están dentro de los movimientos tradicionales, núcleos tradicionales que se están creando más y más, pueden dar una impresión de soberbia, -no las personas que la rechazan, sino las personas que ya están dentro-; de superioridad, ‘¡ah, mira!, nosotros somos de la Misa Tradicional y nosotros rezamos en latín, y nosotros somos reverentes, y nosotros no andamos con payasadas.’ o ‘Mira que bonita vengo yo a Misa con mi vestido largo y con mi velo y ustedes miren como van allá con sus playeras y con el padrecito allá que se pone a hacer sus tonterías a veces en la Misa, o  permite semejantes cosas …’ entonces creo que no es tanto el rechazo o el desprecio a la Misa en latín en sí o a la tradición lo que sufre esta gente, sino el rechazo a las personas que muestran esa superioridad simplemente por el hecho de que van a Misa Tradicional. Yo creo que es la peor carta de presentación que a veces podemos dar. “


Aconsejó también a las personas que empiezan a introducirse en la Misa Tradicional que cuando ya estén en un grupo, profundicen sobre la Misa en latín, si llega esa tentación de sentirse superior, pidan humildad a Dios, porque “no somos superiores, para nada y además nosotros tampoco debemos despreciar la Misa en el Novus Ordo, porque a pesar de los abusos litúrgicos que podamos ver en las celebraciones de la Misa nueva, Cristo en su gran misericordia se hace presente en la Eucaristía, y eso basta, y eso es más grande que nuestras miserias.”


Verónica, que es miembro activo de la contrarrevolución para formar y despertar conciencias, llamó a la feligresía tradicional a motivar e invitar a otros fieles a que experimenten la Misa Tradicional, pero hacerlo sobre todo con el ejemplo, con un buen testimonio, no despreciando a la gente ni viéndola por debajo del hombro si asiste a Misa Novus Ordo, porque el desprecio a la Misa en latín, considera, es más “por la actitud de los que atienden la Misa Tradicional, no tanto por el desprecio a la Misa, porque claramente no la conocen y nadie ama lo que no conoce, dice San Agustín.”


Aunque no entiendas, Jesús se hace presente al momento de la Consagración


“La Misa es el Santo Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en el altar, aunque nosotros no entendamos todo lo que el Sacerdote está diciendo, el Sacerdote principalmente es el que hace el sacrificio. Los fieles, somos parte del sacrificio también por el Sacerdocio que recibimos en nuestro bautismo, nos hacemos partícipes de ese Sacrificio que es ofrecido a Dios Padre. Entonces aunque nosotros no entendamos todo lo que el Sacerdote está diciendo -que nos podemos apoyar en el misal, por eso existe-, nosotros podemos ir leyendo, aún en español, el Padre lo puede estar diciendo en latín pero tu misal viene con la traducción en español para que tú entiendas.” 


“Aunque no tuvieras un misal, ésa es una gran oportunidad para el recogimiento del alma, para que tú estés en completa adoración a Dios y a Cristo Eucaristía, porque mira que a veces nosotros no tenemos el tiempo o no dedicamos tiempo suficiente para la adoración a Dios, llegamos a la oración y hacemos oraciones de petición a veces solamente, llegamos con el listado de lo que le queremos pedir a Dios, pero se nos olvida que la oración también es acción de gracias, es adoración, que la oración también es un acto de pedir perdón, de pedir misericordia a Dios, por eso la Misa incluye todo estos tipos de oración, petición, agradecimiento, arrepentimiento, adoración, todo está ahí encapsulado en la santa Misa. Entonces, cuando nosotros, a pesar que no entendemos todo lo que el Sacerdote está diciendo ahí en el altar, nosotros nos unimos en oración y ése es el momento para tí, para poder meditar y estar adorando a nuestro Señor.”


Si hay voluntad, poco a poco una persona puede aprender a responder o simplemente estar en silencio, “¡cuánto nos cuesta estar en silencio!, el silencio del alma. Dios puede operar en ti, puede estar sanándote, puede estar renovándote, mientras tú estás en silencio y solamente diciendo, Señor Jesús, te amo, te adoro, estás aquí Padre mío, quiero unirme a ti, dame la gracia que necesito para llegar al Cielo, Señor te amo, dame la gracia… Puedes estar diciendo esas oraciones de adoración y alabanza y eso basta.”


Los católicos entienden, pero no creen


Encuestas realizadas en Estados Unidos por diferentes centros de investigación han revelado que muchos católicos que asisten a Misa regularmente, no creen en la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía. Algunos estudios refieren que se trata de 7 de cada 10, otros indican que el 50 por ciento y también se ha arrojado una cifra inversa, que solo 3 de cada 10 no cree que el pan y el vino se transforman en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, y están presentes realmente en la Eucaristía.


Basada en esta información, Verónica se refirió a las personas que dicen que para qué ir a la Misa en latín si no la entienden:

“Discúlpenme, pero la mayoría de la gente que va a la Misa nueva tampoco entiende lo que está diciendo el Padre, ni entiende lo que es la Santa Misa.” 


¿Qué quieren decir todos estos datos? Que la gente que va a Misa, aunque entiende el idioma del Sacerdote, no entiende lo que está ocurriendo en la Santa Misa; mientras que en la Misa en Latín, por el silencio, el recogimiento, la postura mayoritariamente hincados, el respeto al lugar Sagrado, a los Sacerdotes, seguramente serían mucho menos las personas que no sepan lo que está ocurriendo ante sus ojos.


Y las personas que no entienden latín y aún así viven la Santa Misa en recogimiento, en adoración, parecería que no entienden nada, pero en realidad “lo entienden todo, porque Dios no se resiste a un corazón humilde.”  


“Cuando tú tienes esa humildad de decir, Señor, aquí yo no entiendo nada, pero Señor, quítame las escamas de mis ojos y hazme ver con los ojos del alma el gran misterio que está ante mí, eso es lo que Dios hace en ese momento, por esa disponibilidad del corazón, esa apertura… Dios va a operar y te va a entregar esa gracia tan maravillosa … por eso digo, no entienden nada, pero esas personas lo han entendido todo.”



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