Hay una prenda de vestir que nunca pasa de moda, que no está sujeta a los cambios climáticos y que con su sola presencia entre la gente, da testimonio de Dios y ayuda a quien la porta a mantenerse fiel a su ministerio. El mundo necesita más Sacerdotes con sotana.
Por Claudia Ortiz
Vivimos en un mundo sin Dios, su existencia se niega; todo lo que nos recuerde su presencia se evita y poco a poco hay menos testigos de Él en los diferentes ambientes y en las calles.
Hay muchas formas en que, sin necesitar de leyes a nuestro favor, se podría recordar a Cristo y su amor por nosotros y entre nosotros presente en las calles; una de ellas es por medio de la simple presencia de los Sacerdotes. Ellos, sin mayor esfuerzo, por el mismo hecho de transitar por las avenidas, dirigiéndose a sus actividades revestidos con su sotana, podrían lanzar un grito mudo de que Dios existe, que nos ama y que ha muerto por nosotros.
¿Pero dónde están ellos? ¿por qué no los vemos? ¿por qué no impactan al mundo con su presencia? ¿Es que ya no hay Sacerdotes, o los hay muy pocos? No, la respuesta es diferente. Sí hay Sacerdotes, aunque no tantos como quisiéramos, pero sí suficientes para dar testimonio al mundo, para inquietar a unos cuantos, para salvar a muchos.
Entonces, ¿por qué los Sacerdotes no nos recuerdan la presencia de Cristo entre nosotros? La respuesta es muy simple, porque vestidos de civiles no podemos identificarlos.
¿Qué pasaría si todos los Sacerdotes vistieran sotana?
En todo lugar y en cada momento la Iglesia sería visible y Dios estaría presente en la sociedad, se daría una gran gloria a Dios y sería para el bien de su Iglesia.
Un fuerte mensaje evangelizador y de esperanza
Recordemos una historia que se cuenta sobre Francisco de Asís:
Dice que un joven novicio, deseoso de poder hacer algo por la conversión de las almas, apremiaba al Santo:
-Hermano Francisco, Hermano Francisco, ¿cuándo iremos a hacer apostolado?
Tantas veces le preguntó que finalmente Francisco le respondió:
-La semana que viene haremos apostolado.
Cuando llegó el gran día salieron caminando, saludaron a todas las personas a su paso, a la gente en el mercado, seguramente con el saludo propio de los franciscanos: Paz y Bien.
Volvieron al convento y el novicio con cierta molestia le dijo a San Francisco:
-Hermano Francisco, ¡me has engañado! ¡No hemos hecho apostolado! No dijimos una palabra de evangelización a nadie.
Francisco mirándolo le respondió:
-Querido hermano, basta que un religioso se muestre con hábito por la calle, para que haga suficiente apostolado.
El Papa Juan Pablo II, el 9 de Agosto de 1982, escribió:
“El hábito eclesiástico como el religioso, tiene un significado especial para el Sacerdote diocesano, tiene sobre todo el carácter de un signo que lo distingue del medio secular en que vive, el hábito es útil para los propósitos de evangelización y nos lleva a reflexionar sobre el hecho de lo que representamos en el mundo y en la primacía de los valores espirituales que afirmamos en la vida del hombre.”
En el mismo sentido se pronunció el Prefecto de la Congregación del Clero en 2003:
“Hoy, en el momento de la nueva evangelización, el mundo necesita Sacerdotes que escuchen la llamada del Santo Padre: Duc in altum (navegar mar adentro), mostrándose a los hombres con hábito eclesiástico que los distinga como Sacerdotes en todas partes con el fin de responder a sus necesidades espirituales.”
¡Viva la Sotana!
Un documental sobre la sotana, de Agnus Dei Producciones, rescata la historia de dos mártires de éste hábito eclesiástico: el Padre Juan Carrillo de los Silos, que durante la persecución de 1936 en Toledo, dado el ambiente anticlerical, para que pasara desapercibido le aconsejaron que anduviera por las calles sin la sotana. Pero él dirigiéndose a una imagen de la Virgen Santísima dijo: “Madre Mía, no, no de paisano, siempre de Sacerdote”.
También el testimonio del Seminarista, Beato Rolando Rivi, italiano asesinado con 14 años por los comunistas en el año de 1945. Sus padres, preocupados por su seguridad, le aconsejaron que se desprendiera de la sotana, pero su respuesta fue:
-¿Por qué? ¿qué mal he hecho? no encuentro razones para desprenderme de la sotana , estudio para ser Sacerdote y quiero con mi sotana, dar testimonio de mi pertenencia a Jesucristo.
El documental quiere ser, expresado en sus mismas palabras, “un homenaje sentido a la sotana, un recuerdo emocionado a todos aquellos Sacerdotes que la llevaron fielmente en momentos difíciles e injustos del postconcilio, un estímulo para los que la llevan, un acicate para los que esperamos la llevarán y un testimonio de la verdad del magisterio de la Iglesia en cuanto al uso del hábito eclesiástico.”
“La sotana es un signo de que el Sacerdote pertenece totalmente a Cristo y así al pueblo de Dios”, explica el Cardenal Raymond Leo Burke. Es generalmente de color negro porque simboliza que los Sacerdotes han muerto al mundo. Cubre del cuello a los talones, es sencilla y humilde, está por encima de la moda, es contraria a los gustos del mundo y por ello es motivo de escándalo para el mundo, por lo que ayuda al Sacerdote a unirse a la Cruz.
La sotana predica a Cristo y por ello sirve a quien la porta para ayudarle a vivir más intensamente la fe, a ejercer una mayor ascesis y disminuir las ocasiones de pecado, a tener un recordatorio constante para decir no al demonio y a la carne, para recordarle que está consagrado a Dios, que ha de vivir según Cristo y no según sus gustos particulares.
Ante los ojos del mundo, una sotana siempre suscita algo, no hace falta predicar, puede hacer pensar en una vocación, en la necesidad de una confesión, una bendición o una oración. Conozco Sacerdotes que han confesado en los aeropuertos, en las plazas comerciales, en las calles, y todo, gracias a que ellos portaban una Sotana, la gente pudo identificarlos.
La sotana en el mundo ayuda al que está bien con Dios dándole ánimos, al que tiene enredada la conciencia, le avisa; y al que vive apartado de Dios, le produce remordimiento.
Si conoces un Sacerdote que no porte la sotana, exhórtalo a que lo haga, al menos compartiéndole este documental:
Si conoces un Sacerdote que ya porta la sotana, agradécele por el testimonio que da al mundo con tan solo vestir el hábito eclesial.
¡Que viva la sotana y la presencia de Cristo en el mundo!
¡Viva la Sotana! ¡Viva Cristo Rey!