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Los Herodes del Siglo XXI y la Institucionalización de la Barbarie

Poco a poco avanzan en el mundo las leyes que aprueban el asesinato de los seres más inocentes en el vientre materno.



Por Miguel Ubiarco


El pasado mes de abril del año en curso, los magistrados del segundo Tribunal Colegiado en materia penal del tercer circuito votaron de manera unánime que el Congreso de Jalisco, en México, deberá derogar el delito de aborto auto procurado y consentido del Código Penal en esta Entidad.


“Entonces Herodes, viendo que los magos lo habían burlado, se enfureció sobremanera, y mandó matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de la edad de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos” (Mateo 2, 16).


La interrogante que habría que resolver es, ¿qué ha hecho irritar a estos salvajes? al grado de mostrarse como bestias heridas pensando que las criaturas indefensas que están autorizando a matar, acaso ¿les ocasionan algún daño?


Deben saber que pesa sobre ellos la sangre inocente que se va a derramar con su venia, razonada o no, voluntaria o inducida; la decisión ya está tomada y solo resta pedir por el despertar de la sociedad, que es cada vez más indolente y menos empática, irónicamente, palabra cada vez más de moda.


Hoy no podemos apelar a una ignorancia sobre si ¿hay un ser humano desde el momento de la concepción o solo es un número arbitrario de células sin oficio ni beneficio? La genética nos ha desvelado cuál es el proceso de desarrollo que como seres humanos tenemos y sabemos por esta ciencia poco pero suficiente para superar este sofisma de que es un montón de células.


Nos sorprendemos por las imperfecciones que puede generar la mal llamada Inteligencia Artificial, cuando a través de ésta se generan imágenes, videos, textos y un largo etc. de los trabajos que ayuda a producir este algoritmo y mostramos una ignorancia supina y vergonzosa ante la perfección del diseño inteligente que arranca en el momento mismo de la concepción, al unirse los gametos del óvulo y el espermatozoide, aportando cada uno de ellos sus 23 cromosomas que darán paso a un nuevo ser humano y que esa célula nueva tiene incorporado una cantidad de información tan vasta y tan precisa que cada célula sabe exactamente cuál es su vocación en el ser humano en el que se encuentra.


Respecto de las razones para tomar una decisión que sin lugar a dudas tendrá un impacto en la eternidad, deberían temblar si la tomaron por su voluntad endeble y pusilánime, falta de amor al prójimo representado por el nasciturus a quien deberían de privilegiar en la impartición de justicia como jueces de avanzada y cuya decisión colegiada debería de mostrar la altura intelectual y moral que deben tener para ostentar dicho cargo, que por lo visto les queda muy grande dada la ligereza con que abordan estos temas. Si es una decisión inducida deberían sentir vergüenza de ser parte de una bandera cuya cultura es la muerte y terminará con un voto que en no mucho tiempo les será adverso, puesto que así como hoy están votando el asesinato en el vientre el día de mañana validarán el asesinato en la casa de retiro o asilo para aquellos que a su parecer ya no son productivos para la sociedad.


Y la sociedad, ¿qué rol debe tener en este juego de sufragios?, en donde, nos queda claro que no hay comprensión, porque no saben lo que aprueban, no hay sabiduría puesto que no les alcanza para tener siquiera un conocimiento sensible que es el de una bestia para procurar la sobrevivencia de la especie. No hay justicia puesto que al ser más indefenso se le aplica una sentencia de muerte sin tener oportunidad de defensa alguna, dado que su abogada defensora ha esgrimido en la mayoría de los casos argumentos que tienen que ver con aspectos subjetivos, egoístas y además carentes de amor. La sociedad duerme el sueño de los justos pensando que probablemente el círculo más cercano de cada individuo no será blanco de las malas decisiones tomadas por esta caterva de falsos eruditos.


Cada vez se hace más necesario que como sociedad demos muestras de estar vivos, de que somos seres con alma espiritual y que el intelecto humano ha permitido en progresos técnico, tecnológico, industrial, de salud, y un gran etc. Pero ¿qué nos ha llevado a este estado de cosas?, en donde podríamos tener muchos más aportes al bien común de la sociedad y no estar dándonos balazos en los pies antes de iniciar un trayecto; este sistema está claro que es un fracaso, ¿hasta cuándo seguiremos permitiendo que sigan unos cuantos sectarios decidiendo por la sociedad entera?


Digamos la verdad y denunciemos estos atentados a la vida porque de no ser así terminaremos como lo dice la palabra del profeta Jeremías, “Un clamor se hizo oír en Ramá, llanto y alarido grande: Raquel llora a sus hijos y rehúsa todo consuelo, porque ellos no están más” (Mateo 2, 18).


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