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Seamos Amigos de la Cruz

“Si alguno quiere venir en pos de Mí, que renuncie a sí mismo, tome su cruz de cada día y me siga”.



Por Miguel Ubiarco


San Luis María Grignion de Montfort escribe en su carta a los amigos de la Cruz, la forma de afrontar los retos que el día a día y nos plantea y nos impulsa a que: “como valerosos y bravos guerreros, avanzáis en el campo de batalla, sin retroceder un paso y sin volver la espalda. ¡Ánimo! ¡Combatid con valentía!”.


El mundo de hoy nos plantea un reto como nunca antes en la historia de la humanidad se ha dado, un reto que requiere como menciona el santo, “valerosos y bravos guerreros”. Puesto que el combate de las ideas en defensa de la fe se estrella con la ignorancia, la necedad, el sofisma y la perfidia de aquellos enemigos de Cristo, que le han matado una y otra vez en sus corazones y no les ha sido suficiente, quieren quitar toda idea de Él en el mundo.


Porque estoy seguro que muchos sin duda enfrentamos y afrontamos los embates del liberalismo en cualquiera de sus manifestaciones todos los días de nuestra vida, y solo de vez en cuando nos damos la oportunidad y el espacio de estar en oración profunda o si participamos de algunos ejercicios espirituales es entonces que hacemos un paréntesis ante esta avalancha que arrastra a las almas hacia su perdición de forma despiadada.


Aislados, sin cuerpo de unidad, teniendo un comportamiento gregario, así, no es tarea fácil pero, ¿qué hacer como católicos seglares? ante este panorama objetivo que no es de nuestro agrado, entonces debemos de apelar a la recomendación del San Luis María Grignion de Montfort, ¡unamos nuestras oraciones!, iniciemos por intentar formar una unidad de oración, que avance en el conocimiento y comprensión de lo devastadora que es la revolución e iniciemos por buscar la unión que nos hará invencibles e infranqueables, la unión y comunión con Cristo, que es el Mariscal de Campo.


Dejemos de lado los accidentes de nuestra naturaleza humana, no permitamos que la envidia, el egoísmo, el encono y las percepciones subjetivas sobre alguna decisión o acción sea motivo de distanciamiento y pretexto para no continuar hacia adelante; tomemos esa cruz que Dios nos manda y ofrezcámosla como parte de nuestra comunión con Él en el sufrimiento, la incomprensión y el abandono en que normalmente le tenemos.


Nuestra punto de partida es buscar esa comunión que sólo alcanzaremos si buscamos la gracia de Dios, estoy seguro que escuchará nuestras necesidades y acudirá en nuestra ayuda, debemos confiar en su palabra y Él hará el resto. 


Este 3 de mayo, día de la Santa Cruz, convoca a tus amigos en torno a Cristo y recordemos el camino de Cruz, el Viacrucis como una práctica que nos mueva a encontrar las respuestas a nuestras dudas, como  un regazo de alivio de nuestras dificultades, como un aliento y fortaleza de nuestras debilidades, como un manantial de mansedumbre y amor.


Hagamos verdad; el camino es renunciar a nosotros mismos, tomar la cruz y seguir unidos en pos de Él.



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