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Vivimos Nueva Pandemia: la Impiedad

Se propaga en el mundo un nuevo mal que afecta los corazones: La falta de respeto a Dios, no darle el lugar ni el respeto que le corresponde. ¿Qué podemos hacer para detener esta pandemia?



Por Claudia Ortiz


Hace poco escuché la homilía de un Sacerdote a quien admiro por su piedad y él habló justamente de la impiedad que se vive actualmente en el mundo. Recordó una serie de hechos lamentables que han circulado en las redes sociales, sobre las faltas cometidas en contra de Dios y todo lo sagrado.


Está el caso de una parroquia en Brasil, en donde se colocó al Santísimo Sacramento en un dron para ser llevado en procesión; otro caso igualmente doloroso sucedió en Italia, cuando un Sacerdote en traje de baño celebró la Misa sobre un flotador en la playa. Otros dos hechos ocurrieron también en Italia, pero ahora en un parque, cuando un Sacerdote presidió la Misa vestido en traje de ciclista; mientras que en un templo de Turín un religioso roció a los fieles el agua bendita con una pistola de agua.


Todos estos hechos dolorosos, sin contar la irreligiosidad del pueblo al entrar al templo sin cuidar su modo de vestir, sus posturas, el silencio, el uso del celular y otras faltas que cometen por su falta de fe, piedad y formación, ofenden a Dios.


El don de Piedad consiste en  "dar a Dios lo que le corresponde: reconocer la grandeza de Dios". De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, un bautizado recibe en su Confirmación el aumento de los dones del Espíritu Santo, que concede una fuerza especial “para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la Cruz.”


El fondo del problema, ya lo dijo Benedicto XVI, es una crisis de fe; no se reconoce la divinidad de Jesucristo y se niega, aunque no siempre ni por todos de palabra, sí con los actos que en la actualidad cada día más reducen a Dios y exaltan al hombre.


Conviene recordar por qué Dios le otorgó a Su Hijo “el Nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los Cielos, en la tierra y en los abismos y toda lengua confiese que Cristo Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre.”

Filipenses 2, 9-11


Los católicos conscientes de esta crisis de fe, del espíritu de impiedad que pulula en todos los ambientes, estamos llamados a reparar y orar por la conversión de los hombres.


1 comentario

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1件のコメント


ゲスト
4月23日

como reparar todos estos sacrilegios ?

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